Pinilla de los Moros (Burgos) - Trilla tradicional en las eras 

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  Trilla tradicional en las eras  


La siega tradicional

    La siega se realizaba a mano con hoces. Había dos tipos de hoces: las de filo dentado que son las que usaban porque no era necesario afilarlas y las gallegas más grandes y de filo liso que tenían que ser afiladas como si fuera un dalle. Las hoces se conservaban envueltas en vendas de telas o papel para evitar la oxidación o los cortes accidentales.
    Con la mano que llevaba la hoz se segaba, mientras que la otra, protegida con la zoqueta, recogía las espigas completando un puño. Dependiendo de la densidad del cereal, se obtenía más o menos cantidad de espiga en el puño en una pasada de la hoz. Para que no se fueran deslizando la mies, se realizaba un atado provisional. Para cortar el cereal tronchado se segaba a machete, cortando la espiga por la base. Varios puños formaban el manojo o la manada que era la cantidad máxima de mies que cabe en la mano. Se dejaba en el suelo sin atar y se continuaba segando. Varias manadas amontonadas formaban la gavilla que tenía el grosor algo menor que una brazada. Las manadas iban alternadas en la avena y la cebada ladilla, es decir, que había espigas en los dos extremos de la gavilla. En cambio, en el trigo, el centeno y la cebada caballar las manadas no se cruzaban. Otra forma de segar es con dalle: se iban formando hileras con la mies que serían agrupadas en gavillas. Era un método más rápido pero se necesitaba a otra persona que fuera recogiendo las espigas para formar las hileras. Era un sistema más empleado en Barbadillo y escaso en Pinilla.
Trigo mocho
Cebada ladilla
Centeno
Avena
    Los haces se formaban atando dos o tres gavillas con vencejos de paja de centeno, se ataban con fuerza aplastando las espigas con las rodillas y retorciendo y doblando entre sí los extremos del vencejo. El centeno se plantaba en zonas más pobres junto a las algarrobas (como los Cascajos) mientras que el trigo se cultivaba en zonas más ricas (como Río Viejo y la Vega del Arroyal).
    Finalmente, para que los haces no estuvieran desperdigados se agrupaban en tresnales que eran unas pirámides formadas por haces, que serían más o menos grandes según la cantidad de haces obtenidos.
    El acarreo se hace en carros, los haces de los tresnales se colocan en el carro en hileras que son sujetos con sogas para que no se pierdan por el camino y con las espigas hacia dentro para que no se desgranaran las espigas. Para aumentar la capacidad del carro se colocaban unos palos verticales de este modo podían caer más de cien haces.
    Los hombres llevaban camisa larga y pantalones azules vastos para segar, mientras que las mujeres llevaban delantales y manguitos.

El trabajo en las eras

Trilladora mecánica
Forma característica de la hacina
    La era se limpiaba cortando cardos y hierbas y se barría con escobas de estepas o de hierba suave. Los haces se acareaban en carros desde las tierras hasta la era. Las hacinas eran construidas apilando ordenadamente los haces y culminaban en un tejado formado por espigas juntas y eran colocados en la cabecera de la era para que se pudiera trillar. Había una hacina para cada tipo de grano: cebada, trigo, avena y centeno.
    Para trillar se echaba los haces para ello se desataban y se extienden por toda la era con horcas de dos gajos para formar la parva. El trillo, que tiene un taburete para sentarse, se enganchaba a las vacas y se trillaba. La parva se tornaban con horcas de dos gajos para que se trillara de forma correcta y si la parva está muy hecha se emplea con la pala de madera. Cuando se formaba un nido en las pajas el trillo arrollaba y se empezaba a acumular todo.
    La cebada se trillaba muy bien y por eso se hacía primero. Posteriormente se molía para obtener una harina basta que servía de alimento para el ganado. Luego se trillaba el trigo que no presentaba poca dificultad. Con la harina de trigo se hace el pan. Más laboriosa era la avena, que aunque se trillaba bien había que molerla mucho y era empleada como alimento para el ganado.
    Por último se desgranaban los manojos de centeno golpeándolos sobre una piedra para obtener el bálago. Se pisaban las puntas de atrás para desechar las espigas más cortas con una horca de cuatro gajos que será el bálago esto se llama hacer la encañadura. Se trilla con dificultad pues la paja es larga y suave por lo que el trillo arrolla. Los mañones (haces de centeno) de centeno se guardaban en el pajar para que en la primavera siguiente se ataran con vencejos. El grano era alimento para las vacas, la paja era para la cama y con la harina se hacía un pan negro.
    Para aventar se usaba el bieldo y se separaba el grano de la paja con el cierzo. Si se disponía de maquinaria se empleaba la beldadora. Al beldar se iba formando un montón de paja en forma de cono, mientras que el grano una vez cribado se iba metiendo en sacos. Las granzas que se obtenían se iban poniendo a un lado de la era.
    Con la bielda, más grande que el bieldo, se llena de paja el carro que tenía una tela gruesa (rancel) con una cuerda en medio del carro para contener la paja. Finalmente, la paja se metía en los pajares.
    Al mediodía se renovaba la parva y por la tarde se recogía todo con los rastros y con una rastra enganchada las vacas. Los montones de paja y de grano se formaban a una orilla de la era con orcas de cuatro gajos. Aproximadamente, hacia las cinco de la tarde se recogía la parva, se merendaba y se soltaban las vacas a la boyada. Por la noche, los chicos y jóvenes se quedaban durmiendo en la era para vigilar que no hubiera robos. Se enterraban en sacos en los montones de paja y se tapaban con mantas para pasar la noche.
    Al día siguiente, se volvía a echar la parva y se repetía todo el proceso.
    En la era se bebía en botijo y porrón para combatir la sed. Se almorzaba lomo, jamón, hígado de cordero, chorizo, morcilla, sardinas en lata, pan, cebolla y algo de fruta. Mientras tanto, a las vacas se les daba alfalfa que estaba siempre uncidas.


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